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¡Buenos días, explorador canino! Te escribo desde mi rincón creativo, mientras todos duermen. Hoy quiero hablarte de una verdad incómoda: la cautividad en los perros. Esta reflexión viene tras leer un libro fascinante, «Perros sueltos y libres» de Marc Bekoff y Jessica Peirce. Bekoff es un experto en emociones en los perros.
Este libro me ha reafirmado en cómo convivo con los perros y es muy científico, basado en estudios. Quiero compartir contigo una reflexión muy interesante sobre la cautividad. La palabra «cautivo» suena mal porque nos hace sentir como captores, pero hay mucho amor en nuestra relación con los perros.
Los perros dependen de nosotros para cubrir sus necesidades básicas. Aunque no nos han elegido, hacemos todo lo posible para garantizar su bienestar.
La cautividad no determina el bienestar de un perro, es solo una condición. El antídoto para la cautividad es la libertad. Creo que esa libertad se puede potenciar a pesar de estar cautivos, permitiéndoles decidir lo máximo posible dentro de nuestras circunstancias.
No solo los perros están cautivos; también nuestros hijos e incluso nosotros mismos cuando nos ligamos a un trabajo o lugar.
El libro sugiere cambiar el vocabulario, usando palabras como tutor o compañero en lugar de captor o propietario. La palabra «compañero» refleja mejor nuestra relación con los perros.
En conclusión, aunque nuestros perros estén cautivos en cierto sentido, podemos ofrecerles libertad y bienestar al tratarlos como compañeros y permitirles tomar decisiones dentro de nuestras vidas.
¿Sabes qué valoran más en sus perros? Ser perro y ser feliz. A veces, les pedimos comportamientos contrarios a su naturaleza, como estar solos y atados. Entonces, es importante aprender sobre la tendencia natural de los perros y cubrir sus necesidades para que sean felices.
La felicidad canina está relacionada con seguir su naturaleza. En humanos ocurre igual: si estás en tu elemento, eres más feliz. Reflexionemos sobre cómo ayudar a nuestros perros a cubrir sus necesidades. Un párrafo que me encanta resume lo que necesitan: relacionarse con otros perros y humanos, entrar en contacto con la naturaleza frecuentemente y utilizar sus sentidos; además, estirar sus cuerpos y mentes enfrentando desafíos.
Esta última frase es fantástica porque muestra que los perros necesitan pensar y estirar sus mentes. Actualmente, entrenar a un perro puede ser mal visto, pero no debemos olvidar que convivir en sociedad es importante para todos.
Yo soy una libre pensadora y creo en aprender de todos para luego hacer lo que siento. Esto es lo que quiero transmitirte con mis contenidos: nutrir tu sentido crítico para que hagas lo mejor para tu familia canina.
Cada hogar es diferente, así que no hay fórmulas mágicas. Un buen profesional puede darte pautas, pero al final tú eres quien debe aprender a leer a tu perro y cubrir sus necesidades. Eso lleva tiempo y esfuerzo, pero es clave para la felicidad de tu compañero canino.
Recuerda: los perros necesitan relacionarse, entrar en contacto con la naturaleza y enfrentar desafíos. Si no sabes cómo se siente tu perro en estas situaciones, será difícil que sea una buena experiencia. La búsqueda de la naturaleza puede ser complicada, pero es esencial para su bienestar.
Como explorador canino, es importante cuidar el entorno y los bosques. Utiliza tus sentidos y ejercita tu musculatura de manera natural. Por ejemplo, en juegos de olfato, presta atención al aprendizaje de cada perro para que sea provechoso y adecuado.
Cada perro es diferente, así que es fundamental ajustar los ejercicios a sus necesidades. Si no lo hacemos, puede generar frustración en vez de aprendizaje. Al final, nuestros compañeros caninos dependen de nosotros, así que esforzarse por ser buena compañía es clave para una convivencia exitosa.
Para ello, reflexiona sobre cómo sería la vida perfecta para tu compañero canino. No te sientas culpable si no cubres al 100% sus necesidades; la vida es un equilibrio y todos tenemos días buenos y malos. Lo importante es intentar ofrecer la máxima libertad posible dentro de las circunstancias.
En resumen, el antídoto para la cautividad es la libertad. Ajusta las actividades y momentos del día para mejorar la calidad de vida de tu compañero canino. ¡Al abordaje!
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