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Este tema se puede tratar de diferentes maneras y me lo habéis preguntado de todas las maneras posibles. Voy a leer uno que está en el formulario. Si queréis participar, podéis ir a patedecudoracanina.com/podcastjulio y dejáis ahí vuestra pregunta. En estos días que estoy respondiendo preguntas, si cuadra, la contestaré.
¿Cómo evito que mi perro ladre a otros perros? ¿Cómo hago para que realmente deje de ladrar? Este tema se puede tratar de diferentes maneras y me lo habéis preguntado de todas las maneras posibles. Voy a leer uno que está en el formulario. Si queréis participar, podéis ir a patedecuadracanina.com/podcastjulio y dejáis ahí vuestra pregunta. En estos días que estoy respondiendo preguntas, si cuadra, la contestaré.
Dice: «Hola, mi Willy pesa 11 kilos, es bastante sociable y obediente, pero a veces con algún perro grande se asusta. No todos, habrá alguna explicación, pero para mí es algo aleatorio y ladra de manera agresiva. Son situaciones que se pueden volver peligrosas porque algunos de esos perros reaccionan bastante mal, así que intento anticiparme y desviar su atención. Lo siento o lo tumbo, mantengo la calma, intento que me mire a mí, pero no siempre funciona. ¿Qué debería hacer? Gracias.»
Y otra pregunta del tema que es: «¿Qué puedo hacer para evitar que ladre a todo lo que tiene cerca?»
Bueno, voy a daros la vuelta a la cabeza y espero hacerosla explotar. No os voy a pedir perdón porque creo que es un tema mal enfocado. Creo que estamos en una sociedad donde el conductismo está hasta en la sopa. Nos han creado una mentalidad tal que, sin darnos cuenta, estamos todo el rato condicionando, llevando en este caso a los perros por donde queremos sin tener en cuenta lo más importante: su bienestar.
Ese perro realmente se sienta bien y no os lo digo como juicio porque yo he pasado por ahí, yo vengo de ahí. De hecho, continuamente me doy cuenta que utilizo todas estas cosas. La primera crónica que voy a enviar este viernes va de este tema. Por eso, a lo mejor ahora te hablo con más pasión porque estoy leyendo mucho y escuchando mucho sobre el tema. La verdad es que cuando abres los ojos, ves las cosas de otra manera, de una manera muy diferente.
De hecho, si os fijáis en una de las preguntas, sale la palabra obediente, como algo bueno, como que mi perro es obediente. No es que sea malo, es que es obediente y realmente hace caso y, oye, de vez en cuando se le va la pinza. ¿Realmente queremos perros obedientes? Yo no, no quiero ni perros obedientes ni humanos obedientes. La obediencia me repele y de hecho es una palabra que sólo el significado me parece una falta de respeto hacia la vida y suena muy drástico.
Sí, a lo mejor estoy un poco hater, pero es que creo que corta tanto las alas hacer a los demás obedientes porque la obediencia es hacer lo que tú consideras que tiene que hacer otro ser según tus normas. ¿Pero qué normas son esas? ¿Quién ha dicho que son las normas? Y pongo un poco a lo mismo. El hecho de que un perro ladre no es socialmente aprobado por las normas sociales, las nuestras. Además, depende de qué contexto es ladre o no ladre nos va a afectar más o menos. Es decir, si nos vamos a casa de nuestro tío en su casoplón super mega pijo.
Que él, pues, los perros no le gustan mucho pero nos ha hecho el gran favor de que vaya con nosotros. En ese momento nuestro perro empieza a ladrar. La verdad, esa norma social, además tácita, es decir, que nadie lo ha dicho pero esto está en el ambiente, hace que nos pongamos súper tensas y que realmente lo pasemos mal por esa norma. Pero no porque por el perro, que esto ahora voy a ir, este podcast va a ser intenso, corto pero intenso, porque me he puesto aquí además un cronómetro.
Depende del entorno, va a ser más, pues bueno, va a molestar más o menos pero según las normas que dicta en este caso nosotras o el entorno o donde estamos. Porque también, si por ejemplo, quedamos las exploradoras y uno de nuestros perros ladra, nadie se va a sentir juzgado, se va a sentir tranquilo. El hecho es el mismo, ahí voy, que muchas veces el hecho es el mismo pero depende del entorno y el contexto es el humano al que se siente mal. Pero el perro en realidad está sintiendo exactamente lo mismo, está sintiendo lo mismo cuando está ladrando en un entorno seguro y un entorno tranquilo para el humano, como lo que está sintiendo pues en un entorno más hostil o menos favorable a ese ladrido, por decir una manera.
Ahí es donde quiero ir, cuando digo que el conductismo está hasta en la sopa, es pues que realmente nos fijamos en la conducta y tenemos muy poco en cuenta la emoción que detrás de la conducta y de dónde viene esa conducta. De hecho, el conductismo viene de un hombre que no tenía empatía y que le importaba un carajo en los sentimientos de los demás, y esto lo olvidamos.
Esto es algo que también llevo pensando desde hace unos días. Bueno, estamos en el podcast perros, naturaleza y humanos, con lo cual ahora ya me doy el permiso de hablar de todos los ámbitos y voy a juntar también tema de humanos en este contexto. A mí me duele mucho cuando admiramos a, bueno, a los que llamamos artistas y son humanos que han sido maltratadores, que han hecho realmente barbaridades, pero pasa por delante su obra. No me jodas, perdón la palabra, pero yo esto no lo comparto.
Es mi opinión, este es mi, ese un podcast totalmente sesgado por mí, por mi opinión, por mi manera de sentir, de pensar y si te conecta genial y si no te conecta, suéltalo, suéltalo, suéltalo porque no va contigo y no pasa nada. Pero yo esto no lo comparto, creo que cuando se hace algo, el que hay detrás cuenta y de hecho yo cada vez que estudio algo me gusta mucho conocer al autor, porque eso me va a hacer confiar o no en su mensaje, en su forma de vivir.
Si su forma de vivir conecta con la mía, para mí va a ser bueno, va a ser relevante lo que diga. Si no, de verdad os lo digo, que cogeré lo que me sirva pero no me va a servir. Entonces, a mí el conductismo no me sirve, no me sirve la forma de hacer, la forma de maltratar pero de una manera además abierta, no por el nombre de la ciencia. Voy a putear a un perro, hay perdón, es de muchos tacos, no quiero, ahí venga, vuelvo a decirlo, por el nombre de la ciencia voy a increpar a unos perros para que así voy a d
Demostrar que esto no es correcto, de verdad te hace falta eso. De verdad no tienes una habilidad que se llama empatía, que te puede hacer ver que el otro ser no está cómodo, no está bien, no lo está pasando bien. Pero claro, la empatía, tu exploradora canina que me estás escuchando, la tienes muy desarrollada. Pero te digo que hay muchos humanos que no la tienen desarrollada, ni siquiera la tienen, y eso hace que no vean. No es que no lo quieran hacer o que piensen, no es que no está. Entonces, a mí que me hable de bienestar alguien que no tiene empatía no me sirve, porque su concepto de bienestar no tiene nada que ver con el mío.
Y esto voy un poco al origen, o el ladrido, como os digo, nos fijamos mucho en la conducta y no nos fijamos en el origen. Porque ladra ese perro, porque los perros no ladran por la cara, nos puede parecer aleatorio, no como decían en el mensaje, es aleatorio, no lo es. Los perros, antes de ladrar, han dado un montón de señales. Puede ser que haya un perro que ya no de señales porque no se le ha hecho caso y ha dicho, para qué voy a gastar energía en esto si realmente no me sirve. Pero los perros dan muchas señales antes de ladrar y antes de que realmente la situación les sobrepase.
Al ladrar, al final, es como que el perro se sobrecarga y se desborda, y entonces lo hace. Hay muchos casos que es por la propia inseguridad que hace que ladren para evitar que el monstruo se acerque. Esto es muy frecuente en perros de tamaño pequeño, que es un poco la pregunta origen, porque al final, pues son de tamaño pequeño. El acompañamiento que tiene un perro pequeño de tamaño no es el mismo que un perro grande, las exposiciones que se le hacen, las experiencias que tiene un perro pequeño no es la misma que de un perro de tamaño grande. Y eso muchas veces, pues conlleva que no siempre, porque realmente conozco a muchos perros de tamaño pequeño que han sido acompañados con respeto y sin tratarlos diferente, y son perros súper cañeros, súper seguros, sociables, pachones.
Los perros no entienden de tamaños, no dicen «hay si este tamaño pequeño voy a comunicarme de una manera más», no, ellos son todos iguales. Y si ladran a unos u otros puede parecer aleatorio, pero seguramente el otro está dando señales que le crean esa inseguridad y ladran. Porque podemos ladrar a un perro, pues la mayoría de veces que ladran en la calle es porque se sienten incómodos, quieren apartar al monstruo. Muchas veces por frustración, porque quieren ir y no pueden, porque ha habido muy malas experiencias con la correa y otros perros, entonces ya ladran por ese desborde.
Hay perros mucho más ladradores que otros, yo siempre os lo digo en otros lugares en los que hablo con vosotros. Abel, por ejemplo, es el más hablador de la casa y él, por ejemplo, utiliza el ladrido muchísimo para comunicarse con muchas cosas. Y eso hay que tenerlo en cuenta, porque hay perros que su ladrido va a significar una cosa que no en otros. Y entonces, con todo este rollete, os voy a hacer reflexionar, quiero que veáis.
Si os preguntáis por qué ladra en ese momento, ¿es porque me molesta a mí, por una norma social, o porque realmente lo paso mal por él? Yo reformularía esta pregunta: ¿cómo puedo acompañar a mi perro para que no lo pase mal y ladre? Esa sería, para mí, la pregunta desde el respeto y la manera que tengo de entender la convivencia con los perros en este momento actual. No lo digo con juicio, porque yo he pasado por ahí, y esto es un viaje. De hecho, en el podcast lo pone «viaje guiado por mí», porque realmente creo que hay que pasar por ahí.
Reflexionemos: ¿por qué nos molesta ese ladrido? ¿Realmente es por él o es por las normas sociales y por lo bien que queda que mi perro sea obediente? Una vez más, vamos a lo que nos han puesto en la sociedad: que un perro tiene que ser obediente, fiel, que lo deje todo por nosotros, porque nosotros somos el centro. Incluso he tenido gente que ha venido a talleres que me decían: «No es que yo no quiero utilizar el premio, es porque yo quiero que yo sea el centro de su mundo». ¿Podemos dejar de ser tan egocéntricos, por favor? ¿Podemos acompañar a los otros seres vivos dejándoles libertad y mirando por su bienestar y no sólo por nuestro propio interés? Parece que todo gira en torno a nosotros.
¿Cómo solucionaríamos esto?
Os lo voy a decir rápidamente, porque no quiero demorarme. Para mí, es muy importante acompañar desde la base, y ¿cuál es esa base? Pues nutrir sus confianzas: la confianza en sí mismo, la confianza en el entorno, la confianza en ti, la confianza en la situación que está pasando. Tenéis un vídeo en YouTube o en el blog. Si vais al blog, siempre vais a encontrar información al respecto, incluso una infografía. Esa sería para mí la clave.
Durante el momento que está ladrando, sacarle de la situación lo antes posible. Sacarle de la situación no es sentarlo, tumbarlo. Eso es un rollo para el perro, porque el perro está desbordado, lo está pasando mal. Que tú le pidas que se siente o que se tumbe, que lo hará porque es un perro obediente, porque es un perro que confía en ti, porque es un perro que lo va a hacer, realmente le estás obligando, le estás inundando, le estás obligando a estar en una situación que está incómodo, y eso no es respetuoso para él. No nutre su confianza para nada, ni la confianza en ti ni ninguna confianza. Así que, por favor, dejar de hacer esta historia. Sé que os lo han recomendado muchos profesionales, el gurú, me da igual. Dejad de hacerlo, por favor. Activo en el momento, salimos de la situación como podamos. Nos está diciendo con su ladrido que está incómodo.
Que lo está pasando mal, fuera de ahí nos vamos. ¿Cómo? Pues podemos ir al conductismo otra vez. No, a ese podemos utilizar. Si, podemos utilizar ese condicionamiento hacia nuestro, o sea, hacia el bienestar. Si no digo que no ha salido muy, muy ese todo podemos llamarle y sacarle de la situación. O sea, al final es todo como lo utilicemos.
Pero creo realmente que lo mejor en el caso de cuando estamos en situaciones, salir de ello y luego ocuparnos de todo. Pues nada, hasta aquí este podcast. Que quiero que sean podcast cortos, por el amor de Dios, pero que me preguntáis cosas tan genéricas y tan interesantes que no me puedo demorar.
Bueno, espero que te haya quedado mucha reflexión. Me encantará saber lo que opinas en los comentarios del blog empateeducadoracaina.com. Tienes toda la información y todo lo que voy compartiendo. Nos vemos en el siguiente audio, ¡al abordaje!
Éstos días tengo una Amanda que está ladrando más de costumbre y sé que es porque no salimos de paseo. Y como nuestra zona es de vacaciones de los citadinos y la mayoría son escandalosos en cuanto aparecen por aquí, he decidido que si los humanos hacen más ruido al que Amanda y Rocky están acostumbrados –algunas veces incluyen petardos en sus juergas, además de música muy alta– éstos podrán ladrar lo que quieran. A ver, siempre salgo a ver lo que pasa cuando Amanda o Rocky ladran, ella ha mejorado mucho con este acompañamiento y ahora viene si la llamo cuando no lo considera una amenaza. Pero si alguien llega pitando, gritando o con la música muy alta, pues eso, mis perros seguirán ladrando.
Y también lo harán porque los perros ladran. ;o) El capítulo sobre el ladrido del libro de Stanley Coren «How to speak dog» me abrió los ojos y le mente sobre ello, algo que me gusta repetir siempre que sale el tema. :o)
En los paseos sé que Amanda usa el ladrido como comunicación para pedir espacio y se lo explico a quién quiera oírlo, y cada vez ocurre menos, que ahora va más tiempo suelta y se aleja más de mi.
En casa también le ladra a Rocky como comunicación, que él es el hermano «pesado» y el patrón es que estamos descansando y Rocky quiere que hagamos cosas, :oD o ella tiene tesoros que a él le gusta robarle en cuanto se descuida. Eso ha requerido observación y estar ahí para mediar.
Un tema que da para mucho… :o)
Me encanta qué de ladridos tienes identificados. Es que les conoces muy bien, además que siempre estás atenta para seguir conociendoos.
Espero que la recuperación llegue pronto, y puedas salir con ellos. Que sé que lo disfrutas muchísimo.
Un abrazote gigaaante
A mi también me abrió la mente ese libro!