El olfato de los perros es su sentido más desarrollado y disfrutan explorando con él. Observa en este vídeo cómo se abre su nariz, o trufa, mientras ventean. Aquí, capturan partículas de olor, como las dejadas por un zorrillo en el bosque. Recolectan esa información en forma de cono, llamado «cono de olor», donde la concentración es mayor.
Imagina un cono que se expande por el aire y varía según el viento, la temperatura y la lluvia. Así, los perros determinan la ubicación e intensidad del olor. Algunos estudios sugieren que incluso pueden conocer la temperatura del rastro que siguen. Con esta información, los caninos exploradores buscan en el bosque lo que les interesa, como corzos o zorrillos.
¡Al abordaje!
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